¿Sabéis esa clase de eventos, lugares o acontecimientos en los que sabes que siempre va a ser divertido? ¿Que nunca va a decepcionar a nadie? Pues bien, camaradas de paso por Hamburgo, ese lugar es la Miniaturwunderland.

Si nos pusiéramos a traducir el nombre, sería algo como "la maravillosa tierra de las miniaturas", aunque seguramente lo más fácil sería decir "La ciudad de las miniaturas". Es decir, se trata de un museo en el que se representan distintas partes de Alemania a tamaño miniatura, además gran parte de los escenarios tienen botones que permiten la interacción con los visitantes. Romper la 4ª barrera, que le llaman.

Si crees que es para niños, te equivocas. Además de los distintos paisajes de Suiza, Berlin, Munich o Hamburgo, también te encontrarás con pequeñas escenas subidas de tono, o con humor adulto. Ver por ejemplo a parejas queriéndose, laboratorios de drogas camuflados, vacas submarinas, velociraptores, zombies entre otras cosas es simplemente cuestión de minutos, incluso existe un folleto al principio en donde se te retará a encontrar las cosas escondidas ¿Genial verdad?

Una de las primeras cosas que podrás encontrarte allí es con una pequeña representación de la historia alemana. Se trata de algo muy breve. En tan sólo 6 (quizás 8, no recuerdo) urnas representan como unos primitivos se instalan en una pequeña colina que tiene un río al lado para después construir una empalizada y después un castillo y bla bla bla. El caso es que la parte interesante de la historia de Alemania (ya sabéis a lo que me refiero) pese a si estar representada, sólo tiene banderas del imperio alemán, no de las otras. La única bandera verdaderamente fascista que aparece en esa representación es la (tócate las narices) es la "preconstitucional española".

Después de eso, existe una pequeña representación de lo que es Alemania vista desde los partidos del gobierno y movimientos sindicales. Pese a su carácter abstracto, incluso lisérgico, posee gran belleza. Siempre me ha llamado la atención la imagen que tienen mayoritariamente los alemanes de sí mismo, como una sociedad unida.

Uno que siempre me resulta entrañable es en el que se ven a unas personas domando a un grillo enorme, mientras por otro lado algunos ciudadanos intentan romper unas tijeras. Es sumamente onírico y abstracto, pero realmente gracioso.

Tras pasar la zona con la historia de Alemania es cuando empieza lo bueno, ya que a partir de aquí sólo tendrás diversión por todas partes.

La primera representación se trata de las montañas suizas con una ciudad en un valle. En este punto ya encontrarás los pequeños botones que harán la visita interactiva. Especialmente bueno es uno justo al principio donde existe una pequeña fábrica de Lindt y es que cuando pulses el botón compadre, caerá una pequeña chocolatina.

Con eso ya tendrás el conocimiento suficiente para estar minutos y minutos viendo todas las representaciones. Pasarás por distintas ciudades guiado por los millones de trenecitos que recorren todo el museo, entre ellos un alucinante aeropuerto.

Como decía antes, la Miniaturwunderland, tiene contenido orientado hacia los adultos, aunque algo más escondido. Mirando en algunas montañas encontrarás pequeñas aventuras de gnomos que quieren matar un dragón, tesoros escondidos, pequeños guiños a películas, escenas sexuales, laboratorios de drogas, ladrones que intentan robar un banco, policías que esperan a esos ladrones detrás de la pared, vacas que arrastran apisonadoras entre muchas otras cosas. Además ¿A quién no le divierte ver ese aeropuerto con los aviones despegando?

Como persona que ha ido 3 veces en un mismo año os aconsejaría lo siguiente:

• El único inconveniente: si vais un fin de semana, habrá una horda de niños, además es posible que haya colas largas para entrar. Para eso, siempre es posible intentar echar un vistazo a la página web, o también ir un día de la semana a eso de las tres de la tarde.
• Coged los folletos del principio y llevad un lápiz porque en uno aparecerá una lista de cosas que tendrás que buscar. Son aproximadamente 10 eventos escondidos por todas la exposición. Este panfleto lo podrás conseguir también en español y en inglés.
• Al principio se os preguntará por vuestra nacionalidad y al final de la exposición existe un letrero con el número total de personas que vino de cada uno de los países. Sed originales, pensad que siempre se puede ser el número 1 de Lesoto.
• Llevad víveres. Las visitas a ese sitio requieren mínimo 2 horas, tener unas chocolatinas o una botella de agua puede ser útil.

• Para llegar allí deberéis coger el metro U3 y parar en Baumwall.
• El precio de la entrada es de 13€ para adultos y 6,50 para los niños.
• Abre todos los días de la semana a partir de las 09:30 (08:30 en el caso de sábados y domingos).